miércoles, 2 de julio de 2008

3:00 am

escucho las gotas de un caño que no se ha cerrado bien
escucho el ronroneo de mi gato que me mira de reojo y estira sus patas, como para espantar la pereza.
Es tan tarde, que ya casi es temprano y por ahí a la distancia se escuchan las borracheras en los carros...y los frenos que musicalmente, queman las llantas.
Escucho el silencio y la bulla de Madrugada, notas compuestas por un músico graduado en el cielo cuyos instrumentos básicos son los ronquidos y los relojes que tictaguean las ondas del aire.

Con Madrugada es así.
Existe un sinfin de grupos sinfónicos, orquestas naturales...acompañados de un excelente maestro de ceremonias: mi insomnio.

Sin embargo la tranquilidad que se encuentra en Madrugada es relajante, absorbente... única.
encontrarse es fácil, en el silencio de los propios pensamientos...con las voces de los Beatles como fondo amenizante...sentir el aire que poco a poco enfría, pero también calienta, un gato que ahora me mira con sus ojos inmensos, como preguntándome a que hora pienso ir a dormir.

ahora creo que Madrugada tiene una afición conmigo...yo siento que nos llevamos bien pero no puedo quedarme mucho tiempo con ella.
le debo a insomnio el sueño que no concilio desde hace varias noches.

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