domingo, 25 de septiembre de 2011

Señor Sinceridad

Duele profundamente sentirse decepcionado, duele saber que no se pudo hacer nada para solucionar todo aquello que estaba mal... pero duele mucho más sentirse engañado, porque a propósito o no, uno de los dos mintió.
No puedo empezar juzgando al Señor Sinceridad, porque durante mucho tiempo fue completamente coherente y real al exigir la verdad y buscar el trasfondo de las cosas, tampoco puedo decir que no fue mutuo, porque por un tiempo fui también la Señora Sinceridad y sonreía feliz porque sabía que los dos sentíamos y buscábamos lo mismo: estar juntos.
Pero el exigía y exigía verdades que quizá siempre estuvieron en él, pero que nunca quiso revelar, absorbía todo de mi y me consolaba pensando que lo hacía porque me quería de verdad...pensando que me amaba.
Y la verdad es que el Señor Sinceridad estaba perdido, tan perdido y confundido que no se atrevió a decirlo, tan impactado por el peso de sus propias mentiras y enredos que no pudo seguir con su ideología preferida... en su lugar, prefirió quedarse callado.
Quedarse callado es decir mucho, porque sus silencios insultaban, se entrelazaba con el hartazgo de sus palabras, el desdén que transmitía y hasta las ofensas se convirtieron en sus aliadas. Su silencio resentido gritaba desgarradoramente... pero yo, ciega y llena de ilusiones me aferraba al amor que creí que existía. Hecha una idiota esperaba que se le pasara y albergaba la tierna e infeliz idea de que volvería, convertido en el dulce Señor Sinceridad, ese que que era capaz de todo, que se creía un superhéroe, ese...
el que solía ser real.
Supongo que eso pasa, porque los cuentos de hadas no existen y las promesas y juramentos se los termina llevando el viento... todo cambia, aunque me quede la duda acerca de quien cambió: si fui yo o si fue él...pero creo que eso ya no importa.
La historia termina como todas: una noche, una (gran?) pelea, y la eterna frase final, un camino largo y las infinitas gotas saladas que llegan aún después de la sorpresa,
cuando solo queda el dolor.

viernes, 19 de agosto de 2011

balbuceando

todavía me acuerdo de cuando sentarme a escribir era lo más sencillo del mundo, cuando mi mano garabateaba palabras y frases, a veces hasta terminaba rimando y haciendo sonar todo muy bonito... era tan sencillo como lo es para un pianista tocar el piano...
hoy
ya no tengo letras en mis manos
y sospecho que es porque no me quedan cosas en la cabeza...me he quedado colgada en una nebulosa de frio y humedad, entre cuadernos, libros y horarios nuevos... queriendo encontrar razones y convenciéndome de que todo puede cambiar...incluso lo que no está en mis manos.
Ya no distingo entre miedo y cobardía...
ni siquiera puedo distinguir mis sueños (y pesadillas) de la realidad... y en medio de tanta ausencia y confusión, me he sentado en una banca vieja a ver si logro desenredar mi cabeza y quien sabe,
hasta mi corazón.

sábado, 9 de julio de 2011

la reyna del drama

si demostrar lo que siento me convierte en una dramática, entonces soy una actriz de primera calidad...
¿desde cuándo el llanto se convirtió en una mentira reiterada?

jueves, 30 de junio de 2011

olvidadiza

me voy dando cuenta, que me he olvidado de hacerle -pausa- al mundo,
al humo,
al caos, al
ruido...
a mis nudos
ya no escribo
porque camino.
camino en silencios, entre callejones disfrazados,
bajo un gris perpetuo
que nos hace caer inevitablemente, en la eterna melancolía de invierno
la misma que se ha convertido en mi medicina.
por más agridulce que sea...

miércoles, 27 de abril de 2011

ahí.

nuevamente me pierdo.
se me pierden las palabras
y la paciencia
me rio de mi misma
de las contradicciones
de la mala sintaxis en mis oraciones
y me muerdo los labios para no llorar
...
pierdo el silencio, la fuerza, mis ganas de creerme superman
mientras camino (o corro) hacia el baño, buscando agua para lavarme la cara.
buscando control.

martes, 22 de marzo de 2011

escribo.

hemos empezado a eclipsar aquello que ambos sabemos. es esencial.
no se si son los libros
o las clases
o el humo del cigarro
quizás sea el dolor de cabeza
de repente el calor
¿cuántas risas más necesitamos para dejar de gritar?
¿cuántas veces más?

de la miel a la hiel. en dos pasos. en una respuesta
en un silencio ahogado por mis pensamientos.

lunes, 14 de marzo de 2011

domingo, 13 de marzo de 2011

terremoto



y quizá sea absurdo pero con tanta pesadumbre y dolor... sería bueno endulzar el mundo con toda la paz y tranquilidad posible.

ibid.

cuando me preguntan por qué escribo, la respuesta nunca es sencilla, a veces la memorizo pero casi siempre termino enredándome explicando otra vez la razón por la cual puedo pasar dias y horas enteras escribiendo en una hojita de papel, en algún cuaderno viejo, en la parte de atrás de cualquier cosa publicitaria y hasta en mi mano... la verdad no solo escribo para expresar lo que siento, no es un simple desahogo, siento que es más, mucho más que eso; porque cuando escribo el mundo entra de repente en un silencio extraño, una especie de pausa... como en las películas antiguas o como en el teatro donde hay un intermedio, donde se detiene la acción por y para tener un momento de descanso, la única diferencia es que ese silencio o esa pausa me pertenece y termina siendo mi via de escape a todo el caos que pueda estar viviendo. Una vez que me encuentro en ese extraño limbo, no hay espacio para explicaciones, peleas o discusiones con nadie, solo conmigo... no hay máscaras, no hay maquillaje ni nada que pueda cubrir lo que piense o sienta... es el espacio y el momento en el que un espejo imaginario se para en frente para decirme lo jodida que me siento, lo mal o bien q puedo estar con algo, o con todo. Y es raro.
Raro
y muy peculiar.
diferente a cualquier otra cosa. pero se siente bien, más que desahogarme es realmente darme cuenta de lo que pueda estar pasando. Ver desde adentro las heridas hace que el diagnóstico sea más preciso y aunque muchas veces sea doloroso... es cuando puedo empezar a entender y desenredar los nudos de mi cabeza, cuando empiezo a sellar los huecos y las incógnitas, para armar un rompecabezas aún más grande...
por eso escribo... porque me encuentro, por el tiempo, por el momento y por las palabras que terminan siendo los óleos de mi lienzo, porque siento. siento todo con la fuerza de las olas y del viento. siento intenso

y eso, me fascina.

martes, 15 de febrero de 2011

oda 1.

las promesas se van convirtiendo en mentiras
y las mentiras en verdades
cuando creer se vuelve cada vez más difícil
y las tardes se hacen largas.

domingo, 6 de febrero de 2011

domingo, 30 de enero de 2011

me veo

una mañana las cosas empezaron a cambiar, un buen dia dejaste de echarle azúcar al café para adelgazar, dejaste de lado los pantalones y polos holgados para pasar a ser una señorita con curvas a diferencia de esa niña con cuerpo extraño y medio deforme que corría como un hombrecito de un lado a otro. De repente, así de la nada comenzaste a notar que tenías que arreglar esto y aquello y que -no, no- necesitabas un nuevo espacio, con diseños distintos y colores de adulta, porque ya no eras una niñita. Fue la época en la que aparecieron el maquillaje y las cremas, las saliditas a la peluquería y esa ridícula manía de salir a tomar el café o el té, creyéndote inglesa cuando más chola no puedes ser. Y ahora es extraño que te acuerdes de eso, ahora ni te acuerdas que salías vestida con todos los colores encima, disfrazada prácticamente, de una hippie desubicada que en pleno siglo xxi quería imponer su estilo. Esos días se han convertido en un recuerdo nebuloso, reemplazados por una nueva postura: sacar tetas, caminar bien derechita, mirando al frente (nunca al piso) y sonreir con cortesía... ahora caminando como una gansa elegante cuando antes te burlabas de una tia que se apellida Holler... y ¡Cuánto has cambiado! te miras al espejo y no eres la misma, con varios kilos menos, las uñas pintadas, el pantalón pegado y la cartera que combina con los zapatos. -Ya soy una señorita- piensas, pero no te das cuenta o no quieres darte cuenta de que las cosas son diferentes por fuera pero por dentro hay una niña que sigue siendo huachafa... sigue siendo una ilusa, llorona y melodramática, siempre quejándose de esto y aquello, convirtiéndose en la eterna víctima en toda discusión... qué rabia no? que pena que después de tanto tiempo todavía no aprendas las lecciones elementales. Sigues llorando. Ahí sentada en tu cama, sola, sientes como cada una de esas gotas saladas surcan un camino desde tus ojos hasta el mentón... y no sabes qué más decir, quieres salir corriendo como solías hacerlo. quieres buscar un abrazo cálido pero no lo encuentras, quieres escribir y a la misma vez no puedes. Y otra vez, te desesperas.
Hoy, así como no hace tantos años, te prometes que será la última vez, que no vas a dejar que nada te afecte... que no tienes porqué llorar. Lo vas a jurar, con la misma incertidumbre de saber si podrás cumplir con esa promesa o no. Es cuando deseas ser fuerte y valiente, saltar sin temor y avanzar sin que te hieran las palabras de los demás... pero no tienes idea y aunque quieres, sabes que tienes que seguir esperando, esperando el momento indicado para encontrar una salida, la misma que has estado buscando desde hace mucho tiempo.

te veo.

sábado, 22 de enero de 2011

confesión 1

hoy tengo unas ganas locas, desesperadas y casi insanas de escribir. escucho la tele de mi hermano prácticamente a todo volumen, la música que sale de un aparato viejo al cual le dicen radio y que está en la cocina... mis perros acurrucados a mi lado siempre acompañándome y yo acá, sentada con miedo, con el corazón latiéndome a mil por hora. Esta semana ha sido un caos infernal y ya quiero que termine... me pregunto si enero siempre fue así de tenebroso, y la verdad no encuentro una respuesta coherente. Hace un año las cosas se fueron convirtiendo en un espiral sin salida, uno que olía a dolor desde el principio. Sobre todo el dolor, parecía infinito y me fue llenando y cubriendo toda. Me sentí sola y luego no, me sentí perdida pero luego nos encontramos y todo se hizo más fácil... pero esa herida sigue ahí, la siento latir de cuando en cuando... y ahora, hoy no puedo evitar pensar en eso y en lo que nos convertimos después...cuando sonreíamos con genuina felicidad y nos pasábamos las tardes conversando. Hoy no entiendo que ha pasado, por qué después de todo, estamos otra vez en un espiral oscuro. y aunque no lo sabes o pienses que estoy loca. extraño esas tardes, los abrazos y las risas. extraño a a ese que dices que ya no eres.

miércoles, 19 de enero de 2011

ni idea

tengo la ligera sensación de que me perdí en alguna página de los cuentos de princesas, en los que la música, los bailes y el romance estaban de moda. Quizá me perdí en el medio de dos mundos completamente diferentes, en una extraña nebulosa rosada... y el mundo real, de pronto me golpeó justo en la frente... como para que despierte y regrese al eterno caos monocromático...