miércoles, 19 de agosto de 2009

breve.

entonces le dijeron que habia que morir algún día, porque, claro, somos seres mortales. Que estamos de pasada y que hay que vivir la vida como si fuera el último minuto.

El, de brazos cruzados, pensando y sonriendo a la vez, dijo:

¿morir?
eso debe ser una aventura
increiblemente divertida.

El viejo parpadeó y luego se acomodó los anteojos. -¡qué rara es esta juventud!
y despacito fue saliendo con una taza de café en la mano, mientras ese chiquillo, precoz y altivo
le seguía sonriendo, aún cuando ya no sabía por qué.

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