sábado, 22 de enero de 2011

confesión 1

hoy tengo unas ganas locas, desesperadas y casi insanas de escribir. escucho la tele de mi hermano prácticamente a todo volumen, la música que sale de un aparato viejo al cual le dicen radio y que está en la cocina... mis perros acurrucados a mi lado siempre acompañándome y yo acá, sentada con miedo, con el corazón latiéndome a mil por hora. Esta semana ha sido un caos infernal y ya quiero que termine... me pregunto si enero siempre fue así de tenebroso, y la verdad no encuentro una respuesta coherente. Hace un año las cosas se fueron convirtiendo en un espiral sin salida, uno que olía a dolor desde el principio. Sobre todo el dolor, parecía infinito y me fue llenando y cubriendo toda. Me sentí sola y luego no, me sentí perdida pero luego nos encontramos y todo se hizo más fácil... pero esa herida sigue ahí, la siento latir de cuando en cuando... y ahora, hoy no puedo evitar pensar en eso y en lo que nos convertimos después...cuando sonreíamos con genuina felicidad y nos pasábamos las tardes conversando. Hoy no entiendo que ha pasado, por qué después de todo, estamos otra vez en un espiral oscuro. y aunque no lo sabes o pienses que estoy loca. extraño esas tardes, los abrazos y las risas. extraño a a ese que dices que ya no eres.

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