lunes, 26 de mayo de 2008

café con olor a miedo.




a veces pasa que la grandilocuencia de las expectativas terminan siendo la peor de las heridas. La desilusión, como principal consecuencia se entrelaza con el miedo y la frustración de saber que todo lo que se hizo fue en vano.

Me asusta pensar en el pasado, para revivir errores que sé que cometí. Y es que soy de naturaleza frágil por más irracional que suene tal argumento.

Entonces, cuando las caídas se vuelven inevitables, la incertidumbre monta un escenario ambivalente, quizá de aparente fortaleza, ya que es temporal, pero se hace vago y sombrío...casi tenebroso; los miedos más grandes del ser humano emergen de la incertidumbre de las situaciones.

Por ahora, solo quiero una tarde de enero.

un amanecer cálido en otoño.

y un jardín de flores en primavera...

quiero una fuerza hirviendo dentro de mí que retroceda en el tiempo para detener lo que ha de seguir.

quiero un café que sepa a razón y que no huela a miedo en las tardes de invierno.

But when you talk about destruction. Don't you know that you can count me out?

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